Bechamel Cada vez son más las personas que apuestan por sustituir la mantequilla por aceite de oliva virgen extra para elaborar bechamel. En croquetas, en lasaña, con pasta… Una buena bechamel preparada con aceite de oliva virgen extra, harina y leche queda bien con cualquier plato, y esta receta nos permite sustituir las grasas saturadas de la mantequilla por las insaturadas del aceite de oliva virgen extra. El aceite, además, aporta un sabor único, lejos del toque más láctico que da en ocasiones la mantequilla y que a muchos les puede molestar en algunos platos. Si aún así la bechamel nos resulta demasiado láctica, siempre podemos echarle imaginación y jugar con los ingredientes: utilizar harina de garbanzo en lugar de harina o sustituir la leche por bebida vegetal. Para una bechamel diferente y súper ligera, nada mejor que utilizar caldo de verduras al gusto, aceite de oliva virgen extra y harina de espelta, de centeno o de trigo integral, por ejemplo. Foto credit: Carnivore Style.
Bizcocho El aceite de oliva virgen extra es el mejor amigo de la repostería casera, y un buen ejemplo es el clásico bizcocho de yogur que se elabora prácticamente en todos los hogares y para el que cada maestrillo tiene su librillo. “El aceite de oliva aporta a elaboraciones como los bizcochos una esponjosidad extraordinaria, mucho más que el aceite de girasol, además de vitaminas y antioxidantes, de modo que las piezas aguantan mejor”, explica la chef Iolanda Bustos. La cocinera recomienda emplear el aceite de oliva Arbequina, que aporta un toque afrutado a tartas y pasteles.
Crema de verdura Bustos tiene un secreto que marca la diferencia en las cremas de verduras: el aceite de oliva virgen extra. “No importa de qué sea la crema: si justo al final le echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, esta emulsionará súper bien y estará más cremosa”, explica. De hecho, en muchas recetas se indica que, antes de hervirlas, se rehoguen las verduras con mantequilla: también puede emplearse para ello aceite de oliva virgen extra, que les dará un toque mediterráneo.
Fresas ¿Fresas con nata? Sí, claro, ¿pero qué tal si innovamos y apostamos por fresas con aceite de oliva virgen extra? El resultado va a ser sorprendente (y adictivo): Sustituir la nata por un toque de aceite de oliva virgen extra te da la sensación de que estás comiendo fresas con nata, gracias a su untuosidad en boca, además de que los numerosos matices del aceite de oliva quedan de maravilla con las fresas.